Así vivimos los inicios de Xbox en VidaExtra: 20 años del estreno de Microsoft en consolas

Así vivimos los inicios de Xbox en VidaExtra: 20 años del estreno de Microsoft en consolas

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Xbox - 20 aniversario

Siempre se recuerda la lucha encarnizada que hubo entre SEGA y Nintendo a raíz del desembarco de Mega Drive y SNES, pero tampoco se puede olvidar lo que sucedió con la llegada de PlayStation a mediados de los noventa. Aquel NEW CHALLENGER cambió las reglas del juego para siempre. Y cuando parecía que no iba a haber más sorpresas, llegó Microsoft con su consola Xbox en 2001.

Ahora que hemos celebrado el evento Xbox Anniversary Celebration, nos toca rendirle homenaje a una marca con mucha presencia en el mercado actual (especialmente por Xbox Game Pass, que se puede jugar incluso desde la nube). Y por eso vamos a hablar de nuestro primer acercamiento a Xbox o a cualquiera de sus sucesoras. Porque, como veréis, no todos empezamos de la misma manera...

R. Márquez

Xbox

Mi primer gran sueldo. No el de 500 euros que pensaba haberme fundido tras gastarme 50 euros en regalos para mis padres y novia de por aquel entonces -la inexperiencia de tener mucho dinero de un día para otro-, sino mi primer gran sueldo con nómina y todo.

No subió mucho más que aquello, también te lo digo, pero sí lo recuerdo con especial cariño porque me abrió las puertas a comprar una consola con dinero propio por primera vez. Fue una Xbox 360. Una de segunda mano que duró lo que dos peces de hielo en un whisky on the rocks.

Toalla mediante para intentar arreglar las tres luces rojas de la muerte, la fatídica experiencia está guardada en el rincón de los momentos memorables dentro de mi cabeza. Llegué justo a tiempo para disfrutar del primer Gears of War, viví la explosión indie y el lanzamiento de las joyas de Summer of Arcade, y me abrió las puertas a sagas que hasta entonces no me habían llamado la atención.

Desde entonces reconozco que, aunque no todo mi tiempo se va en el ecosistema Xbox, sí es al que acudo normalmente para jugar. Tras caer prendado de sus mandos, los juegos hicieron el resto. Y ahora, con el salto de calidad que ha pegado la marca tras el lanzamiento de Game Pass, no imagino un mañana en el que no tenga una Xbox a mano.

Juan Sanmartín

Lo cierto es que mis primeros pasos en terreno Xbox tardaron mucho en llegar. Apenas recuerdo ver el primer modelo de la consola de Microsoft en casa de algún amigo y no fue hasta Xbox 360 cuando pude sentir todo el potencial de lo que ofrecía la plataforma.

Pocas veces he disfrutado más un cooperativo que el de Gears of War 2, sobreviviendo junto a mis amigos al ejército de Locust. Lo mismo puedo decir del modo Horda, que me abrió a los shooters, un género que nunca ha terminado de encantarme. Con todo, el paso del tiempo me llevó por otros derroteros, alejado por el sendero planteado por Microsoft.

El salto definitivo no llegó hasta hace realmente poco. Una Xbox Series X ha entrado por la puerta de mi casa y la decisión no es solo satisfactoria, sino que he terminado por poner toda la carne en el asador. He apostado por tres años enteros de Xbox Game Pass para vivir al completo esta nueva generación.

Me va a faltar tiempo para jugar a todo lo que querría, como Forza Horizon 5, descubrir a fondo Halo, Gears of War, prepararme para Starfield y descubrir todos los ases bajo la manga que esconde Microsoft. Ya no tengo 15 años para quedarme delante de la pantalla durante horas, solo disfrutando, pero sé que lo que se viene por delante lo voy a vivir con la intensidad de antaño.

Frankie MB

Xbox

Llegué muy tarde a la Xbox original, muy temprano a Xbox One y me hice de salida con la Xbox Series X. Pude hacerme con Xbox 360 cuando tuve la posibilidad y todavía sigo disfrutando de muchos de los juegos que adquirí en ella. He sido testigo y partícipe de cómo Xbox ha pasado de ser una caja a un proyecto a gran escala que, con el Game Pass como caballo de batalla, se ha empeñado en revolucionar la manera de disfrutar de los videojuegos. Y visto lo visto, lo está consiguiendo.

Mi primera toma de contacto con la Xbox clásica fue casi anecdótica. La probé al poco de salir a la venta en varios de estos expositores de los centros comerciales de El Corte Inglés, Carrefour o las cadenas de juegos; pero nunca había puesto un juego capaz de captarme. Es más, pagar por jugar online tampoco sonaba muy tentador. Sería mucho después, a través de las brutales promociones de Microsoft para ganarse un hueco en el mercado español, y confesamente atraído por la posibilidad de jugar a través de su disco duro a títulos que no estaban limitados al catálogo oficial, cuando acabaría llegando a casa.

Con Xbox 360 lo tuve mucho más claro. Compré la edición Elite, la de 120 GB, con uno de mis primeros sueldos. Priorizándola sobre una PS3. No pudo ser de lanzamiento, pero lo compensé con unos maratones de juego brutales a Street Fighter IV, a GTA V, a Call of Duty Modern Warfare 2, a cada nueva entrega de FIFA (¡Fui pionero en el Ultimate Team!) y a la saga Gears of War. Lo flipé con esos exclusivos Made in Japan como Lost Odyssey o un Blue Dragon con los diseños de Akira Toriyama. Hubo decepciones, claro. Ahí tenemos el Sonic de 2006. Pero te confieso que cuando vi aquel mítico spot de Marcus Fenix tuve claro qué consola quería y porqué. El tándem de Wii y Xbox 360 dio mucho juego.

Me lo pasé tan bien que repetí con Xbox One y, como la propia Microsoft, sentí que había tropezado. Es más, más o menos coincidiendo con el lanzamiento de Street Fighter V, también llegaría la PS4. Por suerte, el tiempo nos acabó dando la razón a los dos: pese a que seguí jugando a FIFA en PlayStation, la retrocompatibilidad, la iniciativa Xbox Play Anywhere o el Xbox Game Pass fueron golpes sobre la mesa que me hicieron cambiar de opinión sobre un concepto que tenía interiorizado: ser un Early Adopter no siempre es sinónimo de desventaja si quien está detrás apuesta fuerte y a largo plazo.

Microsoft hizo sus tareas con sus tres primeras consolas y yo correspondí con su proyecto con un gesto sencillo pero muy representativo: Xbox Series X llegó de salida y, poco a poco, se ha convertido en la plataforma de sobremesa a la que le dedico más horas, aunque confieso que también lo hago desde escritorio gracias al juego remoto. Es más, gracias a Xbox Cloud Gaming es la única alternativa y rival de mi Nintendo Switch a la hora de jugar fuera de casa. Estoy exprimiendo el Game Pass, pero también disfrutándolo sorbito a sorbito en cuanto a sus prestaciones.

Xbox ha llegado lejísimo estos 20 años. Y pese a que se han pasado rápido, hay que concederle que Microsoft ha pasado de ir a rebufo a establecer nuevas reglas y opciones muy rompedoras a la hora de jugar. De ser una alternativa a los sistemas de PlayStation y Nintendo (y la heredera de SEGA) a una manera diferente de entender cómo los videojuegos que va más allá de las generaciones y sistemas. Se está ensamblando un plan mayor con el Jefe Maestro como abanderado y lo podrás jugar en consola, PC, navegadores, móviles, en una Xbox One muy peleona y en lo que sea que venga después.

Siendo sincero: no tenía claro el futuro Xbox cuando aterrizó en España y ahora estoy deseando ver a dónde nos lleva a lo largo de las próximas dos décadas.

Sergio Cejas

Xbox

Hasta la llegada de Wii únicamente había tenido consolas de Nintendo en mi casa. Fue por aquella época cuando me interesó hacerme con otra consola completamente diferente, lo que me llevó a preguntar a conocidos y me recomendaron la Xbox 360. Así pues, decidí hacerme con una y fue cuando descubrí un mundo completamente nuevo, sobre todo porque no sabía casi nada de su catálogo, ya que en aquel momento solo estaba pendiente de lo relacionado con Nintendo y poco más.

Fue un poco una apuesta a ciegas y me pillé como seis o siete juegos que me aseguraron que merecían la pena, entre ellos el primer BioShock. Recuerdo como si fuera ayer el instante en el que empiezas a descender por el ascensor y ves la ciudad submarina de Rapture. Desde luego me quedé con la boca abierta porque no había visto hasta ese momento nada tan impresionante en un videojuego.

Desde entonces Xbox 360 se convirtió en una de las consolas a la que más horas le he podido dedicar en toda mi vida y sin duda la máquina en la que tengo la mayor colección de juegos, ya sea por los que recibía para analizar o los que adquiría por mi propia cuenta. Aun así, siempre será una compra de la que no me arrepentiré porque gracias a ella pude conocer grandes sagas como Gears of War, Fable o juegazos de la talla de GTA IV.

A partir de ahí nunca ha faltado en mi casa una consola de Xbox, aunque he de reconocer que al carro de Xbox One me subí más tarde. La llegada de Xbox Game Pass fue clave para decantar la balanza a su favor para hacerme con una, aunque con la nueva generación, a pesar de que tengo una Xbox Series X desde el primer día por este mismo servicio, también fue el causante de que me sintiese abrumado por tanto título y no saber a cuál dedicarle mi tiempo libre. Así hasta que me caducó y no lo renové.

Puede a día de hoy la tenga cogiendo polvo, pero lo que tengo claro es que siempre les tendré un especial cariño a todas estas consolas, especialmente a Xbox 360, así que estoy deseando tener en mis manos juegazos de la talla de Senua's Saga: Hellblade 2, el nuevo Fable o A Plague Tale: Requiem, con los que seguro que me volveré a suscribir.

Jarkendia

Xbox

La sexta generación de consolas es probablemente la que he vivido con mayor pasión al ser una evolución de la etapa de la anterior a mediados de los noventa. Mi querida Dreamcast fue la que dio el pistoletazo de salida en 1999, sin saber que sería la última consola de SEGA y por lo tanto el duelo final contra Nintendo.

Primero compré la Dreamcast a los pocos meses de su estreno, luego cayó una GameCube con Luigi's Mansion y el remake de Resident Evil... Y pese a que PlayStation fue mi favorita de la quinta generación de consolas, tardé bastante en comprar una PS2 (y eso que ya tenía en mi estantería más de 100 juegos que iba pillando de oferta), en parte por culpa de la primera Xbox. Porque sí, me la agencié pronto por culpa de lo mucho que me impresionó el primer Halo: Combat Evolved.

Y es que si GoldenEye 007 revolucionó los FPS en consola en pleno 1997, el debut del Jefe Maestro elevó el listón con un mundo fascinante de grandes dimensiones y mayores dosis de realismo. No en vano Xbox era la consola más potente hasta la fecha. Difícil olvidar lo que sentí la vez que lo vi en movimiento en ZonaJuegos, la pequeña tienda de mi ciudad. Además, pude nutrirla muy pronto de otras joyas indispensables, como Project Gotham Racing, sucesor espiritual del Metropolis Street Racer de Dreamcast; al igual que vacas sagradas de SEGA o incluso de la mismísima Nintendo, como Jet Set Radio Future o Conker: Live & Reloaded.

Xbox

De hecho, no solamente destacó por crear sagas de nuevo cuño como Halo, Fable o Forza, sino que supo darle frescura a otras sagas conocidas, como Ninja Gaiden o los Oddworld. Sin ir más lejos, Stranger's Wrath se convirtió en mi exclusivo favorito de Xbox, con permiso del regreso de Ryo Hayabusa. Además, tuve rarezas, como los Otogi de FromSoftware y uno de los juegos más populares de Xbox Live: Crimson Skies: High Road to Revenge. Porque sí, saqué más partido de este servicio que en la Dreamcast de SEGA hasta su posterior explosión en Xbox 360.

Y si bien Xbox no fue mi favorita de aquella generación (GameCube se lleva ese honor seguida de Dreamcast), sí que dio pie a un futuro prometedor con el desembarco de su sucesora, a la que saqué mucho más partido que PS3 o Wii juntas. De la primera Xbox tan solo me fastidió en su momento lo enorme que era la consola y sobre todo el primer modelo del mando, el apodado "The Duke". Suerte que pude comprar después el mando S, mucho más pequeño, ergonómico y práctico. Para el Guilty Gear X2 #Reload me parecía perfecto. Los de lucha, vaya.

El resto, como se suele decir, es historia. Esa buena base de Xbox tuvo su gran recompensa con Xbox 360, que supo aguantar el tipo cuando llegó después PS3. Tan solo Xbox One se vio perjudicada por una serie de malas decisiones (e ideas que no se llevaron a cabo, pero que quedaron en el colectivo tras un E3 2013 desafortunado), de las que le costó salir. Menos mal que con Xbox Series se está recuperando ese espíritu que echaba en falta desde Xbox 360. Y sin dejar de jugar a buena parte de aquellos juegos gracias a la retrocompatibilidad mejorada...

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