La Gamescom 2019 está a tan solo unas horas de decirnos adiós y despedirse con una edición que ha sido como una montaña rusa, con algunos momentos inolvidables y otros que es mejor dejar que se los lleve el viento. Aun así, ha habido un poco de todo, así que los editores de VidaExtra nos hemos querido reunir para valorar cómo ha sido la feria de videojuegos de Colonia.
Dicho esto, os invitamos a leer a continuación nuestra opinión acerca de lo mejor y lo peor o lo que más nos ha gustado y lo que menos de esta Gamescom.
La opinión de R. Márquez
Con una edición que se había anunciado a bombo y platillo, todo parecía apuntar a que la debacle del E3 podía tener en la Gamescom de Colonia a una digna sucesora de la feria angelina. Nada más lejos de la realidad.
A nivel de anuncios y esa mezcla de fantasía y guirnaldas de la que sí goza el E3, la Gamescom sigue siendo otro cajón en el que ir añadiendo restos que, por falta de tiempo o calendario, no parecen ideales para mostrar al otro lado del charco.
Sí hay hueco para que proyectos más pequeños gocen de algo más de importancia, y ahí está la presentación de Little Nightmares 2 o Ghostrunner como prueba, pero ni siquiera pesos pesados de largo recorrido como Gears 5 se animan a quemar más cartuchos de la cuenta.
Las conferencias, con Stadia Connect a la cabeza como máxima decepción, mantienen ese mismo espíritu llegando incluso a dejar en una posición compleja a Geoff Keighley, con un cuarto del empuje que tiene en los Game Awards y salvado in extremis por su amigo Kojima.
Como feria para lo indie y lo doble A, la Gamescom parece el escenario ideal. Más allá de eso se queda en un evento descafeinado al que las presentaciones, probablemente lo más llamativo de la feria, le han hecho un flaco favor.
La opinión de Jarkendia
Una Gamescom donde no se muestra nada nuevo sobre Age of Empires IV no puede ser una buena Gamescom. Desde que se presentó en la GC 2017, no hemos vuelto a saber nada sobre este proyecto tan esperado. Tendremos que esperar hasta el X019 de Microsoft del mes de noviembre, donde se verá, por fin, una primera ración de gameplay con la que empezar a juzgar el juego.
Que haya sido una Gamescom 2019 decepcionante para mí también es por culpa de las pocas sorpresas que ha habido dentro de unos eventos en directo que no han estado a la altura, ni siquiera el Opening Night Live, donde nos las prometíamos felices con esos más de quince anuncios en primicia que han acabado resultando en pocos juegos a destacar. Salvaría de la quema el Humankind de SEGA, porque nadie esperaba que fuese un 4X con tan buena pinta que intentará competir contra el titánico Civilization.
Hubo más IP de nuevo cuño que no me transmitieron el mismo entusiasmo, como Disintegration, que parece primo hermano genérico de Destiny; o esa apuesta por el parkour cyberpunk de Ghostrunner, que, aunque llamativa, no me ha parecido para tanto. Además, otras sorpresas, como el regreso de Comanche, fueron decepcionantes y se tiró mucho de contenido de juegos de los que hemos visto demasiados vídeos, como el esperado Gears 5. Y eso que me encantó su renovado modo Horda con todo el tema de las habilidades.
De Microsoft, ya que estamos, su mayor bombazo fue probablemente ese Devil May Cry 5 dentro de Xbox Game Pass, un servicio que no para de reforzarse a pasos agigantados y del que resulta difícil desquitarse ahora mismo, mientras que fue toda una alegría ver cómo se confirmaba Ori and the Blind Forest, mi juego favorito de 2015, en Nintendo Switch. Y luego lo inesperado que resultó ver que Youropa acabará llegando a dicha consola.
Espero que el próximo año, con la cercanía de PS5 y Xbox Scarlett, la cosa mejore y haya muchas más sorpresas (y, sobre todo, mejores), que nadie duda a estas alturas de la importancia de esta feria a nivel europeo.
La opinión de Sergio Cejas (Beld)
Cuando pienso en la Gamescom lo primero que se me viene a la mente es que es el mayor evento de videojuegos que se realiza en Europa. No obstante, no tiene por qué significar necesariamente que sea algo bueno. Está claro que la feria alemana es uno de los momentos más esperados del año y una de las citas que ninguno nos queremos perder, pero tras repasar los anuncios que ha habido en esta edición, no se puede decir que la calidad haya sido como para tirar cohetes.
Con cuatro conferencias planeadas, ninguna de ellas ha logrado destacar por encima del resto. Todas han tenido sus grandes momentos y otros en los que han decaído, a excepción de Google, que para hacer esa retransmisión de Stadia sin anuncios realmente relevantes y reciclando vídeos, se la podría haber ahorrado directamente. Eso sí, con la sorpresa de Orcs Must Die! 3 me ha tocado el corazón, pese a que vaya a ser exclusivo de esta plataforma. Al menos solo lo será temporalmente.
De los indies de Nintendo Switch... quizás el único que me ha encantado su propuesta del todo ha sido Creature in the Well, aunque también me parece un bombazo que Ori and the Blind Forest: Definitive Edition salga a la venta en la consola de la gran N. Otro en el que tengo puesto el punto de mira es Windjammers 2 y por supuesto Nintendo ha logrado conquistarme una vez más con los nuevos adelantos de The Legend of Zelda: Link's Awakening y Mario y Sonic en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con ese modo de juego retro en 2D que ardo en deseos de probarlo.
El Inside Xbox de Microsoft, pues la verdad es que en líneas generales ha sido flojete, como suele ocurrir casi siempre con este tipo de emisiones que llevan a cabo los de Redmond. Lo único que puedo salvar de ella es que cada día que pasa estoy más convencido de que ha sido una idea excelente suscribirme a Xbox Game Pass hasta 2021, por lo impresionante que se está volviendo su catálogo, y también que Gears 5 va a ser uno de los juegazos de este año. El tráiler de su campaña me ha parecido sublime y me muero de ganas de lanzarme a por las oleadas de enemigos en su modo Horda.
En cuanto al Opening Night Live, he de decir que ha sido un poco la cara y la cruz. Si bien el comienzo de la conferencia llevaba un ritmo glorioso, durante la segunda mitad empezó a decaer bastante. Ni siquiera Death Stranding logró salvarla, aunque a día de hoy sigo un poco dudoso sobre si merecerá la pena o no la nueva obra de Hideo Kojima, porque sus vídeos me siguen explotando la cabeza y el gameplay que se mostró me resultó un poco soso.
Por lo demás, me esperaba algo completamente diferente a Humankind por parte de SEGA y los vídeos de Need for Speed Heat y Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2 no han logrado que mi opinión acerca de ellos cambie para mejor. Por el contrario, Marvel's Avengers y Dragon Ball Z: Kakarot sí que han conseguido que mi interés por ellos aumente considerablemente. El primero por su gameplay de 18 minutos y el otro por las novedades que ha revelado, de modo que ya vuelvo a tenerlos en mi lista de los más esperados del año que viene.
Para terminar, la Gamescom 2019 se puede resumir en que se ha convertido en una extensión del E3 con pocas sorpresas y muchos, demasiados, vídeos de juegos que ya conocíamos.
La opinión de Jonathan León
Casi todos los eventos están intentando ser el nuevo E3, aprovechando que la feria angelina se encuentra en un momento raro de su historia. Aunque no lo hacen tanto a nivel de magnitud, sino de tono. La expectación, los grandes anuncios, tráilers bombásticos, y ese tipo de cosas. La Gamescom tenía ya eso, pero ahora lo ha unificado en una única gala inicial.
A Geoff Keighley le ha salido bastante bien la jugada de organizar eventos con montones de exclusivas y personalidades importantes, canalizando el revuelo que se arma siempre en redes sociales cuando estas cosas se retransmiten por streaming. Aunque después no haya mucho que enseñar, salvo quizás mil tráilers de Borderlands 3 y alguna sorpresilla ocasional.
Pero la clave está en la expectación. Tener a medio Twitter en vilo para ver cuál será el siguiente anuncio. Mucha World Premiere, y resulta que solo es otro juego de tiros online. Ahora bien, sabes que al final van a estar Kojima y Death Stranding, así que te quedas.
Aun así, en la Gamescom Opening Night Live vi algo que me gustó más que en las otras conferencias del día: personas. Keighley al menos se dignaba a sacar a los desarrolladores al escenario y dejar que hablaran de sus juegos. Estos soltaban su típico discurso publicitario, por supuesto, pero ya era más natural que esos robots con cara humana que salieron en el directo de Google para no anunciar nada.
En el Inside Xbox también hubo entrevistas a desarrolladores, pero entre tanto grito y emoción fingida de los presentadores casi no pude enterarme de qué demonios estaban hablando. Nintendo, por otro lado, optó por su clásica retahíla de indies. Formato que apoyo totalmente por el protagonismo que se les da, pero si los anuncios que más destacan son los ports de títulos que ya ha jugado todo el mundo, hay algo que falla en la manera de comunicarlos.
En definitiva, una Gamescom que no me ha dicho demasiado, aunque no sé si ha sido por el evento en sí, o porque ya estoy un poco cansado de la maquinaria del hype y su idiosincrasia. Si me quedo con algo es con los juegos del Indie Arena Booth, aunque por desgracia no estoy allí para probarlos.
La opinión de Frankie MB
La nueva generación de consolas llegará el próximo año y los grandes eventos lo empiezan a notar. De partida, porque si hacemos un repaso de las verdaderas novedades veremos que el grueso queda reducido a adelantos y fechas, diluyéndose éstos de manera gradual conforme nos adentramos en 2020. Gamescom 2019 es el mejor ejemplo.
Stadia, la iniciativa de juego en nube de Google, perdió su oportunidad de brillar, quedando todo reducido a la llegada de Cyberpunk 2077 y el anuncio de Orcs Must Die! 3. Ni rastro de Jade Raymond y su departamento de licencias propias. Y pese al enorme desembolso de Microsoft a la hora de adquirir estudios, ninguna novedad por parte del Xbox Game Studios más allá de preparar el camino a Gears 5 (y al Game Pass, de paso).
Al final todo quedó reducido a la gala presentada por Geoff Keighley, una Opening Night Live en la que repitieron presencia Gears 5, Borderlands 3, la nueva etapa de Destiny 2… pero desde el principio estaba claro que (pese a que en esta ocasión sí pudimos ver novedades) el plato fuerte sería el inminente Death Stranding. Y, ¡sorpresa!, nos acabó dejando más dudas que respuestas. Ironías aparte, en el fondo sabíamos que eso pasaría desde que se anunció la presencia de Hideo Kojima.
No es que la Gamescom 2019 haya estado falta de reclamos o contenidos. Desde luego. Pero le han faltado varios de esos empujones que le dan identidad de cara a las ediciones venideras. Esos grandes anuncios que nos arrebatan una sonrisa o nos hacen levantarnos de manera instintiva. Incluso aplaudir de manera espontánea.
Por contra, la fotografía de la que nos espera de cara a lo que resta de año la vemos más nítida que nunca. Y lo cierto es que no pinta nada mal. De partida, septiembre será un mes que rebosará citas obligadas con las nuevas entregas de Gears, FIFA, o unas ediciones de Zelda: Links Awakening, Dragon Quest XI y hasta Ori and the Blind Forest acomodadas a la consola de Nintendo. Y lo que viene después no será más clemente con nuestras carteras.
Los eventos de transición entre generaciones comienzan a cerrar catálogos mientras que los grandes estudios estudian y trabajan en el hardware venidero. Eso es así. Quizás los servicios de juego en nube y sin hardware acaben replanteando esto en un futuro, pero la realidad, y por lo pronto, es que mientras Nintendo mira al futuro con Switch, el último coletazo del actual hardware de Microsoft y Sony no pinta mal. Nada mal.
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