Mi problema con el E3 2015 no tiene nada que ver con el pesimismo, es una cuestión de ambición

Mi problema con el E3 2015 no tiene nada que ver con el pesimismo, es una cuestión de ambición

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Mi problema con el E3 2015 no tiene nada que ver con el pesimismo, es una cuestión de ambición

Me vi muy reflejado en los primeros párrafos con los que abrió Gallego su especial sobre las buenas vibraciones del E3 2015, pero de la misma forma que el optimismo con la feria podría caer fácilmente en el conformismo, mi supuesto pesimismo responde más a la ambición. ¿Me ha gustado el E3 2015? Sin olvidar los habituales "pero", sí, sin duda alguna. ¿Creo que después de dos años soberanamente flojos los bombazos deberían haberse contado por decenas? También.

Entiendo que tras ver el vídeo de 'Uncharted 4' o los gráficos cercanos a una fotografía de 'Star Wars: Battlefront' el sabor de boca es fantástico, pero de ahí a decir que ha sido un E3 casi perfecto cuando todas las compañías han tenido su particular tropiezo, creo que hay una gran diferencia. Será más fácil entender (que no compartir, ojo) mi postura si repasamos todas las conferencias.

Bethesda: los últimos serán los primeros

La cosa empezó bien, bendita la hora que decidí quedarme a ver la conferencia de Bethesda porque ahí fue todo rodado. 'Doom' me pareció una auténtica locura y despertó aún más mis ganas de que alguien retome 'Quake' en su lado más medieval, que 'Dishonored 2' esté en desarrollo es una buena noticia y 'Fallout 4' siempre será bien recibido pese a que hubiese preferido que el tiempo empleado en implementar el sistema de creación de refugios lo hubiesen invertido en que los personajes no parezcan maniquíes.

Sorprende que fuese una conferencia tan amena cuando era la primera vez que saltaban al circo actual del E3 y me encantó que incluso se permitiesen el detalle de rememorar los tiempos de Sega en los que se anunciaba algo y se ponía a disposición del público ya, aunque en este caso fuese un juego para móviles. Una de esas conferencias con las que el madrugón se te olvida rápido y un inicio perfecto para el E3.

Microsoft: palmadita en la espalda

Muchos estáis profundamente empeñados en decir que si R.Márquez es nintendero o es sonyer, pero la realidad es que desde que PS2 mató a Dreamcast (sí ya sé que la culpa fue de Sega, dejadme vivir tranquilo con mi ceguera) el salto a la siguiente generación lo tuve clarísimo, tocaba Xbox 360 y no puedo estar más contento con las alegrías me dio la consola de Microsoft. Precisamente por eso me duele cómo están llevando las cosas desde Redmond y, también por esa razón, soy especialmente crítico con el futuro de Xbox One.

Este E3 era el momento de petarlo, de lanzarse al cuello sustituyendo los dientes por juegazos y demostrar que no todo está perdido, que si PS3 remontó sus pobres resultados durante la pasada generación, Xbox One también puede hacer lo mismo a base de grandes títulos. Allí estuvieron 'Halo 5', 'Forza 6' y 'Gears of War 4' para mantener el pabellón bien alto, pero los dos primeros eran sorpresas predecibles y el tercero me dejó con un regusto muy amargo.

Era el momento de demostrar que The Coalition podía hacer un buen trabajo, pero lo que mostraron fue un vendaval rompiendo un puente cuando el listón de 'Gears of War' lo puso Marcus Fenix al ser engullido por un gusano gigante y salir de él abriéndole las tripas con su Lancer. Puente contra gusano gigante, no es lo mismo.

'Dark Souls III' sin exclusividad, 'Plants vs. Zombies: Garden Warfare 2' tres cuartos de lo mismo, y la moda de centrarse exclusivamente en los indies cuando ni 'Cuphead' (por mucho que me guste su estética) ni 'Gigantic' van a hacer absolutamente nada por darle un empujón a Xbox One.

Ahí estaba la carta Rare, que en plena fiebre 'Yooka-Laylee', con medio mundo suspirando por algo que apunta a "quiero ser 'Banjo-Kazooie' y no puedo", tienen el valor de obviar esa petición y hacer un juego de piratas que huele a indiferencia. ¿Estamos de broma o qué? ¿realmente puede permitirse Microsoft no jugar una carta que olía a victoria a kilómetros de distancia?

La retrocompatibilidad de Xbox One con Xbox 360 es una palmadita en la espalda

El hueco de las Hololens, muy bonitas e interesantes pero complicadas para el juego desde casa, bien podrían haberlo ocupado 'Quantum Break', 'Scalebound' y 'Crackdown' para que las sensaciones hubiesen sido infinitamente mejores, e intentar cubrir el hueco de géneros abandonados por la compañía como el del hack'n slash, por ejemplo con un equivalente a 'God of War', o el RPG (una pena que sigamos dando por muerto a 'Infinite Undiscovery') habrían sido movimientos mucho más acertados.

Ah, y no olvidemos la retrocompatibilidad, que no deja de ser una palmadita en la espalda cuando debía ser algo que a la consola le habría venido de perlas en su lanzamiento. Antes no se podía, ahora es tan fácil como buscar los juegos digitales en tu lista de juegos comprados o introducir el disco de Xbox 360 en tu Xbox One. Si hay que aplaudir esto como si nos estuviesen haciendo un favor, apaga y vámonos.

EA: Pelé, go home

Luego vino el turno de EA, volviendo a meter la pata hasta el fondo con una conferencia que se hizo soporífera cuando Pelé salió al escenario a contarnos cosas que no interesaban a nadie. Empieza a ser necesario que busquen una alternativa para presentar sus juegos deportivos, pero se lo perdonaremos por estar en Estados Unidos y ser importante vender allí 'NBA', 'Madden' y 'NHL'.

No habría estado mal ver un poco más de 'Mass Effect: Andromeda', pero menos da una piedra, y con 'Need for Speed' y 'Star Wars: Battlefront' me conformaré con que se vean igual de bien en consola cuando lleguen a finales de año. En ese sentido también me sorprendió 'Unravel', que tiene una pinta fantástica y hace bien en querer cubrir ese hueco de los plataformas que está algo olvidado.

El único que sigue planteándome dudas es 'Mirror's Edge Catalyst', probablemente el juego al que más ganas le tengo. Me mosquea lo del mundo abierto y cómo esa falta de diseño de niveles más guiados puede romper el flow del juego mientras nos movemos de aquí para allí. Mostrarlo en movimiento con una demo habría venido de perlas para dejarnos más tranquilos en ese sentido, pero alguien debió pensar que ese tiempo de la conferencia estaba mejor invertido en presentar el juego de los Minions para móviles.

Ubisoft: ilusiones con pies de plomo

Sensaciones enfrentadas con Ubisoft que dejó varios platos fuertes a los que estoy deseando hincar el diente pero no pudo evitar romper el ritmo de juegos con 'Just Dance 2016' y un Jason Derulo cuyos gorgoritos desafinados ayudaron a nos despejáramos un poco tras varias horas frente a la pantalla.

Bien por 'South Park: The Fractured But Whole' y mejor aún por 'For Honor' que consiguió llamar mi atención de una forma brutal. Si Ubisoft se pone en modo locura puede salir algo tremendo de ahí, pero habrá que ver cómo va servido de contenido cuando llegue a las tiendas y si jugarlo es tan divertido e intuitivo como dicen los que ya han podido probarlo.

Me sorprendió que no hubiesen dado por muerto a 'The Crew' pero su expansión no podría importarme menos. Donde no hubo sorpresa fue con 'The Division', creo que todos estamos de acuerdo en que lo de presentar juegos con demos técnicas sigue pasándole factura y lo de 'Watch Dogs' va a ser una estrategia recurrente. Debe haber algún punto medio entre esconder 'Assassin's Creed Syndicate' tras una cinemática y vendernos la moto con 'Ghost Recon Wildland', y sigo pensando que ganarse la desconfianza del público puede pasar factura.

Si Ubisoft se pone en modo locura con 'For Honor' de ahí puede salir algo tremendo

No perdemos la fe, claro, que a la generación aún le queda mucho por recorrer y el margen de mejora es altísimo, pero nos hemos acostumbrado a andar con pies de plomo y presentaciones así a tantos meses de materializarse el juego en su versión final, piden a gritos que cambiemos los zapatos de plomo por dos Mjolnir atados a los pies.

Sony: Uncharted 4 es GOTY antes de salir

Y entonces llegamos a Sony, la catalogada como mejor conferencia del E3 por las sorpresas y novedades que allí fueron presentadas. Que pese a las horas intempestivas estuviésemos al pie del cañón y acabásemos con una sonrisa de oreja a oreja dice mucho de cuanta razón hay en esa afirmación, y eso que las expectativas con los de PlayStation siempre son bajas porque el ritmo no es algo que entre en su diccionario.

No fue el caso, hubo sartenada de sorpresas bien medidas pero no especialmente bien ejecutadas. Lo digo por mostrar lo justo de 'The Last Guardian' y no tener el valor de ponerle fecha, jugar la carta de 'Shenmue 3' con el Kickstarter como globo sonda en una maniobra que consiguió que a muchos se nos cayese la cara de vergüenza y un remake de 'Final Fantasy VII' que, sin más info o gameplay, bien podría ser el Santo Grial o una pelusa debajo del sofá.

El entusiasmo está ahí, faltaría más, que yo con lo de 'The Last Guardian' acabe emocionadísimo y con unas ganas locas de que tenerlo ya aunque tengan que sacarlo a 10fps, pero salvo la obra de Ueda las otras dos propuestas son para mirarlas con lupa hasta que dentro de un par de años vuelvan a dar la cara con algo más de chicha.

Por si a alguien le pareció un inicio flojo, 'Horizon Zero Dawn' se encargó de recordarnos que en Sony hay estudios con grandes ideas y mejores resultados. Dinosaurios robots y una muchacha con un arco futurista en un vídeo que no me habría importado ver como cierre.

Aún quedaba hueco para 'Street Fighter 5', que está quedando demasiado en segundo plano para la estupendísima pinta que tiene, el experimento de 'Dreams' de MediaMolecule que para un servidor vendría a ser el equivalente a los piratas de Rare en PS4, indiferencia total, y algo de indies. Bien por 'Firewatch', al que le tengo unas ganas locas y mal por 'No Man's Sky', que además de dejarme aún más claro que lo de gestionar objetivos y diversión lo va a tener complicado, me confirmó que lo bueno detrás del juego es la idea detrás de su sistema de creación procedural y no las físicas y partículas que aparecen en pantalla al romper una estructura. Espero no ser el único que se llevó las manos a la cabeza en ese momento porque... tela.

La alianza Activision-Sony sigue viento en popa con ración de 'Destiny' en la conferencia, que a base de DLC está arreglando sus limitaciones pero está saliendo más caro que un hijo tonto, y el robo del contenido anticipado de 'Call of Duty' a Microsoft con una muestra de gameplay que poco o nada tiene que ver con aquellos momentazos de 'Modern Warfare' que se vivieron en el pasado. El tráiler del multijugador le salvó la papeleta a la demo de la campaña.

A Sony sólo le faltó cambiar el hueco de sus servicios de streaming de música y vídeo (en serio, ¿es que no han aprendido nada?) por algo más que una simple foto de Project Morpheus, que Oculus está a la vuelta de la esquina y las ganas de realidad virtual no son precisamente pocas.

Luego llegó el rey, ese juego que nunca entenderá de aficionados a una u otra marca porque, sencillamente, está a otro nivel. Sony no ganó el E3, lo hizo 'Uncharted 4' con una demo que incluso se quitó de encima la sombra de la duda rompiéndose la conexión con el mando justo al empezar y obligando a reiniciar la demo para demostrar involuntariamente que aquí no hay ni trampa ni cartón, que a Naughty Dog no le hace falta vender humo porque lo que ellos crean son nubes de anuncio de compresa sobre las que lanzarte y saltar como si estuvieses en un sueño de tu más tierna infancia.

Sony no ganó el E3, lo hizo Uncharted 4

Joder, qué bien todo, y a la vez qué vara con la que atizar a todos los demás diciéndoles "¿ves como sí se puede? ponte las pilas y deja de gastarte el dinero del juego en publicidad para hacer las cosas como se debe".

Nintendo: con la cabeza puesta en NX

Menuda puñalada directa al corazón. Ya me extendí bastante sobre las luces y sombras de la conferencia de Nintendo en nuestro recopilatorio de vídeos y me sorprendió encontrarme con que vuestros comentarios iban por el mismo camino. No sé, bastante mal todo, como queriendo cubrir un hueco para que a todo el mundo le quede bien clarito que Wii U ya es cosa del pasado, que Nintendo está a otra cosa y ni siquiera hay hueco para celebrar el aniversario de Mario por todo lo alto.

La gran esperanza era 'Star Fox Zero' y, bueno, ganas de catarlo hay, pero que me esperaba algo infinitamente más ambicioso tampoco puedo negarlo. Poca mano de PlatinumGames se vio en el tráiler y menos cantidad de presupuesto para darle un empaque que entre por los ojos. Para redondear las dudas está la nave pollo, que es para darle de comer aparte, estar más cerca de 'Sin & Punishment' de lo que cabría esperar y un uso del Wii U Gamepad que además de parecer que está metido con calzador, apunta a incómodo que espanta.

Mario Tennis: Ultra Smash es la "gran" esperanza de Wii U en 2015

Hay ganas de comprobar qué tiempo le dedicamos a 'Super Mario Maker' antes de que la fórmula se quede en mera curiosidad y hasta qué punto piensa llegar Nintendo con la explotación de los Amiibo, que empieza a ser preocupante cuando se limita el juego a poseer o no los monigotes.

Tampoco es que tenga especial interés en el 'Mario Party' de 'Animal Crossing', pero ya sabéis que a esta industria le das la mano y te coge el brazo, media parte del torso y los riñones.

La bola de partido la salvó 'Mario Tennis: Ultra Smash', desde ya la "gran" esperanza para Wii U de este año en lo que a mi respecta. Aquí de parcial hay poco porque soy ultrafan de la saga, todo sea dicho, pero me pareció lo más prometedor de todo lo presentado. Sí, por encima del Link vestido de Zelda.

Square Enix: entre bostezos y lágrimas

Esto fue la muerte, y mira que había contenido para quedarnos más que contentos. De 'Just Cause 3' un poco más y enseñan el juego entero, con lo del 'Nier' de PlatinumGames me hicieron chiribitas los ojos y 'Deus Ex: Mankind Divided' y el nuevo 'Hitman' me dejaron con ganas de tener ambos juegos ya en mis manos.

Las japonesadas no son santo de mi devoción y la mezcla de juegos para móviles y presentaciones soporíferas casi acaban con mi paciencia en más de una ocasión, pero por suerte había otro título que se encargaría de borrar de mi mente el mal rato pasado con la repetición de vídeos y los japos sin un mínimo sentido del ritmo para hablar de sus creaciones.

Obviamente estoy hablando de 'Kingdom Hearts III', probablemente una de las cosas más bonitas que han aparecido en este E3 2015. Vaya locurón de gráficos y qué ganas de meterle mano hasta que me sangren los ojos. De los pocos RPG con los que no me va a importar perder media vida viajando de aquí para allá para conseguir superarlo al 100%.

Que no nos crucifiquen por pedir más

Que aquí hay contenido para estar más que contentos los dos próximos años es algo innegable. Que el nivel visto en este E3 es infinitamente mejor que los dos últimos exactamente igual. Que han estado dos años rascándose lo de abajo y ahora parece que se han puesto las pilas y ya no hay problemas ni de presupuesto ni de ganas de hacer las cosas bien, también.

Precisamente por eso junto a los juegos presentados hacía falta una mirada más a largo plazo, algo similar a lo que hizo Ubisoft con juegos que están a la vuelta de la esquina y las propuestas que están en desarrollo para coger el siguiente relevo.

Negar que aún hay mucho margen de mejora en esta generación es ponerse una venda en los ojos.

No costaba nada mostrar algo más de ambición, dejar los indies para cuando realmente no haya nada más que mostrar y centrarse en los juegazos. Eso va especialmente por Microsoft, pero también por Sony, que debe tener al segundo equipo de Naughty Dog dando su siguiente paso, al de 'God of War' haciendo algo más que una simple remasterización y a Insomniac Games haciendo un 'Ratchet and Clank' que merecía mucho más estar en el escenario que la cantinela de Spotify.

Vamos por el buen camino, pero negar que aún hay mucho margen de mejora es ponerse una venda en los ojos. Y por pedir que no quede, que ya hemos tragado suficiente como para permitirnos el lujo de seguir reclamando un "más y mejor" con el que ganamos todos. Esto no es ser hater o pesimista, es tener la confianza ciega de que esta generación está subiendo de marcha cuando ya debería estar pulsando el botón de nitro.

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